La visibilidad es crucial al conducir de noche. Mantén limpios los faros, espejos y parabrisas. Así, evitarás que la suciedad o los reflejos interfieran en tu campo de visión. Además, ajusta los faros para evitar deslumbrar a otros conductores y asegúrate de que funcionen correctamente. Usa las luces largas solo en carreteras oscuras y sin tráfico.

El equipo adecuado marca la diferencia. Asegúrate de que tu motocicleta esté equipada con luces reflectantes y ropa adecuada para mejorar tu visibilidad en la oscuridad. Además, un casco con visera antirreflejos puede reducir el resplandor de los vehículos que vienen en dirección contraria. No olvides llevar herramientas básicas y un kit de primeros auxilios en caso de emergencias.

Conducir de noche requiere mayor concentración y precaución. Reduce la velocidad para tener más tiempo de reacción ante cualquier imprevisto en el camino. Mantén una distancia segura entre tu vehículo y el de adelante, porque es más difícil juzgar la distancia en la oscuridad. Además, utiliza las marcas en la carretera como guía y sigue la línea blanca para mantenerte en tu carril. Evita las distracciones y mantén tus dos manos en el manillar en todo momento.

Conducir de noche puede ser agotador. Así, es importante que descanses bien antes de salir. Si sientes sueño durante el viaje, haz una pausa y toma un breve descanso. Mantente hidratado y, si es posible, viaja acompañado para alternar la conducción y mantenerte más alerta.