Cuando te acerques a una curva, es vital reducir la velocidad antes de entrar. Así, tendrás un mejor control sobre la moto o el auto. No frenes en medio de la curva, ya que esto puede causar que pierdas estabilidad. Mantén una velocidad constante y acelera suavemente al salir de la curva.

En terrenos montañosos, el uso correcto de los frenos es esencial. Usa más el freno de motor y el freno trasero, así evitarás que las ruedas se bloqueen. Si necesitas frenar en una pendiente, aplica el freno gradualmente y con suavidad. De esta manera, mantendrás la tracción.

El terreno accidentado puede sorprenderte si no estás preparado. Así, es importante leer el camino y anticipar obstáculos como piedras o baches. Mantén una postura relajada, pero lista para reaccionar. Mueve tu peso hacia atrás en pendientes pronunciadas y adelante en subidas.

En carreteras de montaña, siempre debes mantener una mayor distancia de seguridad. Así, tendrás más tiempo para reaccionar si el vehículo delante de ti reduce la velocidad. Además, te ayudará a evitar el polvo o las piedras que puedan saltar de otros vehículos.

Antes de salir, verifica el clima y el estado de la carretera. La lluvia o la nieve pueden hacer que el terreno sea más resbaladizo, así que conduce con precaución. Si la visibilidad es baja, enciende las luces y reduce aún más la velocidad.

Conducir en montañas puede ser agotador. Por eso, toma descansos regulares para estirar las piernas y beber agua. Conducir cansado aumenta el riesgo de accidentes, así que asegúrate de estar bien descansado antes de continuar.