La cultura motera está profundamente arraigada en rituales y tradiciones que van más allá de simplemente montar una moto. Estos rituales pueden incluir desde ceremonias para nuevos miembros de un club hasta conmemoraciones anuales de eventos significativos.

Un ejemplo es el «Run», un término que se refiere a un viaje en grupo organizado por clubes de moteros. Estos eventos pueden ser locales o internacionales y a menudo tienen un propósito, como recaudar fondos para organizaciones benéficas o honrar la memoria de un miembro fallecido. Durante estos Runs, los moteros siguen ciertas tradiciones y protocolos, que pueden incluir ceremonias formales, discursos y momentos de camaradería compartida.

Después de la Segunda Guerra Mundial, los exsoldados buscaban emociones y libertad, lo que llevó a un auge en la popularidad de las motos. Este período marcó el inicio de la cultura motera moderna, con eventos como Sturgis Motorcycle Rally (desde 1938) y el nacimiento de marcas como Harley-Davidson.

Los moteros tienen un lenguaje lleno de términos únicos. Desde «chopper» (moto modificada) hasta «patch» (emblema bordado en chalecos), cada término refleja aspectos clave de la identidad y la historia de esta subcultura.

Los moteros también han logrado récords mundiales. Por ejemplo, en 2019, el récord de velocidad en una moto alcanzó los 491.8 km/h, demostrando la búsqueda continua de límites por parte de estos audaces entusiastas.

A pesar de los estereotipos de rebeldía, los moteros abarcan una diversidad sorprendente. Incluyen desde profesionales hasta artistas, todos unidos por su pasión por la libertad en dos ruedas.