Cusco no solo es la puerta de entrada a Machu Picchu, sino también un paraíso gastronómico. En Saylla, un pequeño pueblo cercano, puedes probar los famosos chicharrones. Este plato, hecho de cerdo frito, es perfecto para recargar energías después de recorrer las montañas. Además, la ruta hacia Saylla ofrece vistas impresionantes.

Arequipa es famosa por sus picanterías. Aquí, el rocoto relleno es una parada obligatoria. Este plato combina el picor del rocoto con un relleno sabroso de carne. Después de recorrer las rutas andinas, nada mejor que una parada en una picantería tradicional. Así, disfrutarás de la comida y del ambiente acogedor de la “Ciudad Blanca”.

Lima, la capital gastronómica de Sudamérica, no puede faltar en esta lista. El ceviche en el puerto de Chorrillos es un clásico. Fresco y lleno de sabor, es ideal después de recorrer la Costa Verde en moto. El puerto ofrece un ambiente relajado, con vista al mar, perfecto para descansar y disfrutar de la cocina marina.

Después de un recorrido por las alturas del Altiplano, Puno ofrece una delicia única: la trucha del Lago Titicaca. Este pescado, preparado a la parrilla o frito, es ligero y sabroso. La frescura de la trucha y la tranquilidad del lago hacen de esta parada una experiencia inolvidable para cualquier motero.

Ica es famosa por su gastronomía afroperuana. En Chincha, la carapulcra es el plato estrella. Este guiso de papa seca con carne es perfecto para recargar energías después de recorrer el desierto de Huacachina. Además, Chincha tiene un ambiente festivo, ideal para disfrutar de la música y la comida local.

Huancayo, en los Andes centrales, es el lugar perfecto para probar la papa a la huancaína. Este plato, a base de papas y una salsa de ají amarillo, es un clásico de la cocina peruana. La ruta hacia Huancayo ofrece paisajes montañosos que hacen que el viaje valga la pena. Además, la calidez de su gente es un extra que no te querrás perder.

Finalmente, en el norte, Piura ofrece un manjar para los moteros. En Catacaos, el seco de chabelo es el plato recomendado. Hecho con plátano verde y carne, es ideal para recargar energías después de recorrer las rutas calurosas del norte. Además, Catacaos es un pueblo artesanal, donde puedes comprar recuerdos únicos.