La altura del manillar es clave para una postura cómoda. Si es muy alto, tus hombros se cansarán rápido. Si es muy bajo, inclinarás demasiado el cuerpo. Ajusta el manillar de manera que tus brazos queden ligeramente flexionados y alineados con tu cuerpo.

Una espalda recta reduce la tensión en la columna vertebral. No te inclines demasiado hacia adelante ni te encorves. Usa el abdomen para mantener el equilibrio y evitar que tu espalda absorba todo el peso.

Los pies deben estar firmemente apoyados en los estribos. Mantén las rodillas ligeramente flexionadas y cerca del tanque. Esto ayuda a distribuir el peso y a controlar mejor la moto, especialmente en curvas.

Tensión en los hombros lleva a fatiga más rápido. Relaja los hombros y evita apretar demasiado el manillar. Esto no solo te ayudará a mantenerte relajado, sino que también mejorará tu capacidad para maniobrar la moto.

Incluso con una buena postura, es esencial tomar descansos. Cada dos horas, detente, estira las piernas y mueve los brazos. Esto reactivará tu circulación y reducirá la rigidez muscular.

El equipo adecuado también contribuye a una buena postura. Un casco ligero, guantes cómodos y botas que ofrezcan soporte, reducirán el esfuerzo que tu cuerpo necesita para mantener el equilibrio.