¿Moto eléctrica? Recuerdo hace 4 años cuando recién empecé en este mundo de las 2 ruedas con una bicimoto. Varios amigos, colegas, allegados y familiares me decían: “Si vas a comprarte una moto, mejor cómprate tu cajón”. A lo que yo respondía en forma burlesca: No se preocupen, que el SOAT cubre todos esos gastos. Me parece curioso que muchas de esas personas ahora me llaman o me escriben pidiéndome consejos sobre con qué moto empezar. Y como digo yo: Una vez pruebas la experiencia de manejar una moto, cambia tu perspectiva de maneras inexplicables.
Esta pandemia ha generado que el mercado de las 2 ruedas crezca de manera fascinante, y sobre todo con esta movida ecológica, las bicicletas, patinetas y scotters o motos eléctricas de las cuales hablaremos hoy.
¿Mejor una moto lineal?
Siendo sincero, antes de comprarme mi Italika estuve casi por comprar un scotter eléctrico. Recuerdo que fui a la tienda de Green Line que estaba por Petit Thouars en el distrito de Lince con mi mamá y me animé por un scooter que estaba como 3300 soles. Tenía una autonomía de 60 kilómetros, tiempo de carga 8 horas, una velocidad de 50 km/h, la carga completa solo consumía 0.90 céntimos, lo cual en un mes era menos de 30 soles. Todo perfecto. Pero, había un inconveniente. Yo, como una persona recontra lechucera y callejera, sabía que llegaría algún momento en el cual me iba a quedar botado (Ya tenía experiencias con la bicimoto que no tiene una autonomía tan larga que digamos) y la velocidad final era menor a la de mi bicimoto que sí, la llegue a customizar, a tal punto de hacerla correr a 60 km/h.
Con el paso del tiempo, cuando terminé de estudiar mecánica de motos, conseguí un trabajo de practicante en un taller y en uno de esos días vino un chico justo con la scotter eléctrica que quería comprarme. Se le había pinchado la llanta y nadie la quería retirar por desconocimiento en el tema. Así que nos pusimos manos a la obra y retiramos la llanta. Ahí es donde descubrí todo el trámite que es sacar la llanta trasera. Mil y un cables por todos lados y ni equivocarte en alguna mala conexión al momento de instalar porque terminabas cargándote la pobre moto. Ya que la tracción de giro está en la masa de la llanta trasera y al ser algo delicado también tuvo problemas con los llanteros al momento de parcharla. En conclusión, todo un caos y solo por una llantita.
Los precios exorbitantes
Por último, los precios. ¡Son carísimos! Una moto eléctrica, la más básica cuesta alrededor de 3500 soles, por ese precio te compras una semiautomática 0km o en tal caso una moto lineal o una scotter de segunda. Y sin hablar de los modelos de mejores prestaciones que rondan los 25 mil soles. La verdad que para ser la alternativa ecológica me parece exageradamente caro y sobre todo que hay ciertos estudios que demuestran que la fabricación de estos vehículos suele ser más contaminantes que las de un vehículo a combustión.
Creo yo que aún hay mucho camino por recorrer para que estos vehículos eléctricos sean el estándar en el mundo. Pero si algo aparte de la libertad en las motos es lo que amo, es la sensación de escuchar mi motor rugir cuando manejo y es algo que me hace más que feliz en esta vida. Aun así, pienso que para gustos y colores no hay autores. Es decisión de cada persona comprar una moto eléctrica o a combustión.
Te dejo aquí abajo el video que le hice a la “¿Por qué no me compraría una moto eléctrica? ” en mi canal de Youtube “El Haruko en Moto”.